En la finca El Risco la conversación giró hacia el veterano viticultor, con quien me había cruzado a primera hora de la mañana en Lapuebla de Labarca. José Frías llevaba una bolsa de plástico al hombro con unas tijeras de podar de las de antes, abrigando su cabeza con una gorra roja… Sin que yo lo imaginara, se dirigía a podar una de sus vetustas viña