Amor por la Tierra en Familia Martínez Bujanda: 135 años de legado y tradición vinícola.

Familia Martínez Bujanda, 135 aniversario

El vínculo entre la Familia Martínez Bujanda y su amor por la tierra, se remonta a 135 años de historia; allí se encuentran lo orígenes de su primera bodega en Álava-Araba, en la localidad de Oyón-Oion.

Joaquín Martínez Bujanda, tatarabuelo de la actual V generación, tenía ya clara la necesidad de elaborar vinos con sus propias uvas: «Una máxima que mantenemos vigente, bajo el marchamo de crear vinos de finca. En definitiva, unos vinos que transmitan las cualidades y características de cada uno de nuestros terruños en la copa«.

Resulta fácil comprender la unión con la tierra de cualquier bodega porque le ofrece su sustento pero, en el caso de Familia Martínez Bujanda es aún más especial… Los vinos de calidad comienzan en el viñedo y, por tanto, es en su cuidado donde debe centrarse toda la dedicación y esfuerzo: “Si algo hemos aprendido en estos 135 años es que la naturaleza manda, por ello debemos cuidarla y mimarla ya que es nuestra principal garantía para el futuro de nuestros viñedos”.

En el campo siempre ha habido muchas incertidumbres y, hoy en día más con el cambio climático. Pero también hay certezas como que el presente pasa por la producción ecológica, algo en lo que la familia lleva años trabajando: «Por devolver al campo lo que éste nos da. Una optimización de recursos, de circularidad de toda actividad productiva, que permita la reducción de residuos y especialmente su aprovechamiento continuo, como hacemos al utilizar nuestros restos de poda como abono…«

Muestra de ello es el cuidado del medio ambiente. Una prioridad que ha estado presente en todas las decisiones estratégicas tomadas. Desde la localización de las fincas, donde no sólo se basaron en el mejor terruño para las prácticas vitivinícolas, también por la protección del ecosistema que las rodea. Buen ejemplo es Finca Antigua, (Los Hinojosos, Cuenca) donde de las 1.000 hectáreas totales, menos de la mitad (421) corresponden al viñedo, el resto es un enclave natural con fauna y vegetación autóctonas a preservar.

Igualmente, la ubicación y orientación de las bodegas y sus instalaciones responden a un patrón común, que busca la mayor eficiencia energética, así como mimetizarse con el paisaje, empleando los propios materiales de la zona para su construcción, como en el caso de Finca Montepedroso. (Rueda, Valladolid)

Los cuidados pasan por otras muchas medidas, como la implementación de paneles solares, para la utilización de energías renovables, como la fotovoltaica; la creación de una balsa de agua que aproveche las lluvias y reduzca el consumo hídrico, la emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera, etc.

Finca Valpiedra, ha obtenido la certificación “Sustainable Wineries for Climate Protection”, un sello otorgado por la Federación Española del Vino (FEV) que, además de aprobar las buenas prácticas medioambientales, también ampara criterios de sostenibilidad social, económica y de gobernanza.

«135 años después de iniciar este camino en la elaboración de vinos de finca, nuestro objetivo consiste en lograr que, dentro de otros 135 años, los enclaves que nos acogen sigan siendo parajes naturales únicos para el regocijo de todos…«

Familia Martínez Bujanda, 135 aniversario