El reto del sector vitivinícola: La Bodega Digital.

Blockchain, Sergio Gallastegui Herreros

Al igual que el resto de las empresas del sector, esta industria cada vez enfrenta nuevos retos en lo que respecta a la digitalización y poder seguir siendo competitiva a nivel costes operativos. Es por ello por lo que cada vez más, las empresas del sector del vino invierten en la digitalización para la eficiencia de costes.

A nivel nacional, debido a nuestra historia y características de la tierra, contamos con bebidas únicas y variadas en lo que respecta a la familia del vino. Una gran cantidad de bodegas, diferentes denominaciones de origen, producciones y tipologías de vino. 

Esto nos ha llevado a contar con marcas de vino privadas y denominaciones de origen reconocidas a nivel mundial, siendo cada vez un producto más comercializado en terceros países debido a sus características peculiares y únicas que en otros lugares no se llegan a obtener con tales niveles de calidad

Con el fin de ir un paso más allá, cada vez son más bodegas de vino las que están realizando fuertes inversiones en procesos de digitalización de la bodega. Lo han bautizado bajo el nombre de “la bodega digital” y en ella se contemplan el uso de tecnologías como Big Data o tecnología Blockchain, a fin de poder seguir siendo diferenciales en el mercado. 

Estas tecnologías no solo se presentan como una oportunidad de poder seguir siendo competitivas a nivel nacional e internacional, sino de mejorar ciertos procesos internos y poder optimizar la toma de decisión en base a diferentes datos recogidos a lo largo de la producción.

También se están realizando fuertes inversiones en poder controlar y trazar cada lote de producción de forma única, conociendo el origen del vino y tratamiento desde el campo hasta llegar al consumidor en su casa o un restaurante.

Trazar desde el cuaderno de campo agrario donde se va registrando cada uno de los apuntes del tratamiento en la tierra, pasando por la recolecta, clasificación, producción, embotellado y distribución.

Al tratarse de un producto con alta demanda y de interés de mercado, como no podría ser de otra manera, también han aparecido falsificaciones de botellas de vino y de vinos con datos incorrectos en lo que respecta a la producción. Es por ello por lo que desde hace unos años se impulsó también la entrada en vigor de la etiqueta del vino, a fin de facilitar información sobre producción y al consumidor, al igual que otros alimentos ya están haciendo desde hace años.

Competir en un mercado global es una tarea ardua para este tipo de empresas, en muchas ocasiones de familias, sumado a ello las prácticas desleales complican la gestión y hacen que la frustración sea un sentimiento vivo en el sector.

Es por ello por lo que cuando se habla de digitalización y de tecnología en el sector vitivinícola, el principal enfoque es hacia la eficiencia o la trazabilidad.

La eficiencia en lo que respecta a la recogida e información, coordinación de agentes, petición de análisis de laboratorios, entre otros. Los diferentes participantes involucrados en la cadena de valor del vino juegan un papel crucial para que el producto llegue en su correcta forma al mercado. 

La trazabilidad del vino ha estado presente y es de obligado cumplimiento, el reto al que se enfrentan cada vez más estas empresas familiares es al de poder garantizar esa trazabilidad de principio a fin de su producción.

El problema del sector es que la solución a estos problemas acaba pasando por el uso de tecnología RFID o Blockchain en muchas ocasiones, tecnología que en algunas prácticas acaba siendo no del todo eficiente para las empresas debido a implantar una nueva forma de trabajar y cambiar la cultura no es fácil. 

Es por ello por lo que cada vez más estas inversiones se están realizando desde los propios clusters o asociaciones del sector o desde la organización privada, a fin de implantar una metodología y unos estándares de producción.

Por ejemplo, ya hay bodegas familiares en el sector que están haciendo uso de estas tecnologías junto a otras como IoT (Internet of Things) con el fin de garantizar y proteger la cadena logística del vino y garantizar a sus clientes el tratamiento o zona de recogida de una denominación de origen o viña específica.


Bajo mi punto de vista, el sector vitivinícola al igual que otros productos del sector alimentario se enfrentan a grandes cambios y cada vez son más complicados de abordar debido a la gran oferta y demanda existente al mercado. Hacer seguir corriendo a una empresa familiar en un mercado tan competitivo, a la vez que reinventarse de forma constante, no es tarea fácil para los equipos que están trabajando. 

El uso de las tecnologías nuevas como Blockchain, son un apoyo para ayudar a estas empresas a definir, optimizar y controlar todo lo que ocurre con su producciónmediante informes de trazabilidad únicos por cada lote. Así poder tomar decisiones eficientes en base a la información recogida y/o poder diferenciarse en el mercado.

Eso sí, un punto clave es que el uso de la tecnología venga definido por la metodología de la empresa ya implantada (comunicaciones por WhatsApp y Email, nombres, agentes, entre otros), ya que cambiar la cultura de funcionamiento de una empresa familiar con un producto tan peculiar como es el vino, no es una tarea sencilla.